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viernes, 9 de noviembre de 2012

Ritmo y bola

Las lluvias han impedido que vaya a recoger mis panocos, pero bueno si no es hoy, será mañana. Saber esperar es algo que debemos aprender.

Como al parecer este finde va a estar jodido catar el juego, y mis planes de unboxing se demora me he propuesto adelantar este post que tenía previsto.

Me gustaría hablaros del siguiente juego: RITMO Y BOLA

Hace cosa de año y medio, se lo regalé a mi novia y hasta el pasado 31 de octubre no habíamos tenido oportunidad de probarlo.

Si lo tuviera que definir con una sola frase quizás sería algo como "los 9€ mejor invertidos en ocio de mi vida". Bueno, quizás esto es exagerar un poco, pero ya os digo, que ha sido una compra de la que he salido muy gratamente satisfecho.

El juego es relativamente sencillo en cuanto a reglas, pero complicado (ya sea por habilidad o simple fortuna) alzarse con la victoria.

Al ritmo de "We Will Rock You", los presentes van dando palmadas, dos sobre la mesa o las piernas y una palma con palma. Hasta ahí bastante fácil.




Pues bien, cada jugador tiene una carta de gesto, llegado el momento, el jugador que lleve mejor el ritmo (esto suele ser algo confuso, así que nosotros o decíamos  "venga dale tu", o esperábamos a que alguien se animase a empezar) debe cambiar su tercera palmada por su gesto, a continuación debe dar dos palmadas y realizar el gesto de la persona a la que quiere pasarle el "ritmo". El que recibe el ritmo, debe repetir el proceso esta vez empezando por su gesto y siguiendo con el gesto de a quien quiere pasarle el marrón. Mientras tanto los demás deben seguir con el ritmo normal de tres palmadas.



En un principio parece fácil, pero llega siempre el momento en que alguien se equivoca y aquí empieza la fiesta. El jugador que se equivoca le cede su gesto a otro (el cual pasa a tener ahora dos gestos, que deben realizarse uno tras otro tanto tras recibir el "ritmo" como para enviarlo) y coge un gesto nuevo.

¡Vaya! Cuando ya parecía que te lo habías aprendido aparecen novedades. Pero claro, aquí no termina el asunto, el jugador errado recibe además una carta de bola y esta carta lleva asociados algunos efectos. Pueden ser tan inocuos como que la siguiente vez que te equivoques no recibas bola o tan puñeteros como que todos los jugadores cambian de sitio pero sus gestos se mantienen en el lugar de la mesa. A lo largo de la partida, puedes terminar con 2, 3, 4 gestos..

Así hasta que se acaban las 10 bolas, momento en el que se hace recuento y el o los que menos bolas tengan (que mal suena eso) ganan la partida y el o los que mas bolas tengan pierden.

Como veis, un mecanismo bastante simple, pero que  en mi opinión da lugar a uno de los juegos más entretenidos que han pasado por mis manos.

Sin ánimo de incitar al alcoholismo a nadie, recomiendo, sobre todo en estas frias noches de otoño, jugar en una mesa camilla con brasero, acompañando cada bola con un chupito para alterar las capacidades motrices de los jugadores, aunque no es algo necesario para pasar un rato de lo mas entretenido con este juego.

Un saludo.

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